San Benito fue beatificado por el Papa Benedicto XIV en 1712 y canonizado en 1807 por el Papa Pío VII, conocido como el Santo Patrón de los Afroamericanos, recordado siempre por su humildad, carisma, paciencia y amor hacia los más necesitados, los prejuicios raciales no fueron un impedimento para que este fiel devoto siguiera los caminos del cristianismo, conozcamos la historia de la conversión de San Benito.
La historia de la conversión de San Benito
Con tan solo 21 años de edad San Benito sintió el llamado de Dios para servir en su ministerio, siendo descendiente de esclavos nace libre y con la tarea de cuidar las ovejas de su patrón, obtiene importantes experiencias a su juventud permitiéndoles desarrollar la humildad y la paciencia.
Cuando conoce a los frailes seguidores de San Francisco de Asís San Benito decide unirse a su comunidad, ingresando al convento de Santa María de Jesús de Palermo en donde debido a su analfabetismo es colocado a realizar labores en la cocina, por lo que se le rinde devoción como el multiplicador de los alimentos.
San Benito quiso siempre imitar el hermoso ejemplo dado por Francisco de Asís, alcanzando la admiración de sus contemporáneos, siendo religioso pero no sacerdote fue nombrado como superior del convento, mostrando en todo momento tu amor y compasión, obrando grandes milagros y dando consuelo a las almas perdidas.
La conversión de San Benito fue un vivo ejemplo de que no existe raza ni color que pueda impedir seguir a Dios en este mundo, él ha sido un importante ejemplo de amor, bondad y carisma para todos sus seguidores que con mucha devoción celebran sus fiestas cada 4 de abril.