oración al Espíritu Santo para pedir los 7 dones

El poder de la oración al Espíritu Santo para pedir los 7 dones

Rezar la oración al Espíritu Santo para pedir los 7 dones siempre es buena idea.  Después de todo,  cada uno de los dones tiene un valor invaluable. De ahí que la Iglesia siempre se haya preocupado por su difusión, de forma que podamos mantenernos bendecidos.

Y es que si bien no existe una forma única de llenar nuestro espíritu con los siete dones, no hay ninguna que ofrezca el mismo nivel de eficacia que la oración al Espíritu Santo para pedir los 7 dones.

Si queremos que los siete dones estén presentes en nuestro corazón durante el día a día, entonces es indispensable que practiquemos regularmente esta oración. Además, cada vez que la recemos debemos estar llenos de buenas intenciones y de una fe inmensa. Sólo con una mentalidad humilde seremos capaces de recibirlos.

Historia de la oración al Espíritu Santo para pedir los 7 dones

La historia de la oración al Espíritu santo para pedir los 7 dones tiene una relación directa con la teología cristiana. En ésta se dice que el Espíritu Santo es la energía que genera Dios, una energía netamente pura. Asimismo, es considerada como un espíritu de niveles más allá de nuestra comprensión materialista.

Es por esto que la Iglesia considera que los siete dones del Espíritu Santo son inquebrantables y eternos. Cuando los recibimos estaremos recibiendo a su vez la gracia de Dios, con lo cual estaremos de brazos abiertos para recibir al Padre Celestial. Ahora vamos a compartir la oración para que la practiques con regularidad.

Oración

Ante ti me entrego Espíritu Santo, puesto que deseo recibir enteramente los sietes dones que tú ofreces.

Esa virtud inquebrantable dividida en siete dones es lo que espero que me entregues a través de esta oración.

Por favor te imploro que cedas ante mí tus siete dones a través de tu gracia.

Son necesarios en mi vida para tener fuerzas con las cuales enfrentar los problemas de la vida diaria.

Sé que con esos siete dones mi corazón se llenará de inteligencia, fe y esperanza.

Una esperanza y una fe aun más grandes que las que tengo mientras rezo.

Y una inteligencia lo bastante sabia como para poder enfrentar de la forma correcta los obstáculos que se me presenten.

Pero también requiero de la bondad que me permita amar a mis semejantes, también hijos de Dios.

Enséñame, además, toda tu ciencia para poder comprender todo lo que me sea necesario, aquello que no sea de este mundo mortal.