Oración de la Magnífica para cuidar a los enfermos

La oración de la Magnífica para cuidar a los enfermos está inspirada en la magnífica virgen María. Ésta virgen la cual está referida a los sucesos que preceden al nacimiento de Jesús, en el momento en que María aceptó que se cumpliera la voluntad de Dios y fuera la madre de Jesucristo.

En el catolicismo se le da una importancia crucial a la virgen durante el transcurso de este acontecimiento. Resulta admirable cómo la virgen María tuvo la fuerza como para sufrir los dolores de una madre por su hijo, motivada únicamente por el deseo de cumplir con la voluntad de Dios.

La importancia de la oración de la Magnífica para cuidar a los enfermos

La importancia de la oración de la magnífica para cuidar a los enfermos radica en su gran poder. Esto se debe a que María estuvo presente en los momentos en que Jesús obró con sus poderes provenientes de Dios padre.

De manera que a través de la oración de la Magnífica para cuidar a los enfermos podemos transmitir esos poderes a las personas que, a causa de una enfermedad, tienen la necesidad de que Dios, con la intercesión de la virgen Magnífica de por medio, los sane.

Con el apoyo del rezo a la Magnífica para cuidar a los enfermos, seremos capaces de ofrecerles a las personas, en estados de salud delicados, la serenidad y las dolencias aquejan sus cuerpos. Pero no sólo hacia ellos, sino que nosotros también podemos ser bendecidos si existe una dolencia o enfermedad que requiera del apoyo de la virgen Magnífica para su sanación.

Hay que tener en cuenta que nunca es fácil pasar por una enfermedad. Este tipo de experiencias siempre son desagradables, puesto que inciden directamente en la calidad de vida de las personas. En los casos más graves es posible que las enfermedades pierdan la esperanza y la fe que tienen en Dios.

Sin nada más que añadir, a continuación compartimos la oración de la virgen Magnífica para cuidar a los heridos.

Oración

Santísima virgen Magnífica, madre de nosotros.

Vengo a ti humildemente igual que tú me enseñaste con tu caminar.

A que me ayudes en una sanación muy importante.

Para aliviar dolencias tan grandes como tú bien comprendes.

Así como cuando obró en ti el Espíritu Santo.

Confío para que, con tu gracia, me ayudes en el cuidado de los enfermos.

Que así sea, magnífica virgen.