Como el primer documento confesional cristiano extra-bíblico, el Credo de los Apóstoles ha resistido la prueba del tiempo como el testamento preeminente de la ortodoxia de los credos. El significado del credo, atribuido a los primeros misioneros seguidores de Jesús, destila el esquema básico de lo que significa ser cristiano en un breve resumen que desmiente la profundidad y riqueza de lo que proclama.
Significado del Credo de los apóstoles
Para empezar, el credo no es sólo una amalgama de doctrinas, sino que está redactado como una confesión. «Creemos», nos insta a decir. La recitación sincera del credo requiere fe en el Dios que ha logrado estas grandes cosas y la creencia de que estas grandes cosas fueron logradas.
De esta manera, el Credo de los Apóstoles no es sólo teología, sino doxología, y como se incluye tan a menudo en la liturgia de los servicios de culto cristiano, se supone que debe ser recitado conjuntamente, como un cuerpo de creyentes, como un acto de culto.
El credo es una confesión en el sentido más verdadero de la palabra: los cristianos confiesan con el credo que estas son cosas que deben creer para ser salvados.
Origen
El Credo de los Apóstoles no es una invención de los teólogos, como tampoco lo fue de los apóstoles. Fue formulado por ellos, por supuesto, pero vino de lo que realmente ocurrió en la historia, así como también de aquello que legítimamente sucedió en sus corazones y en sus vidas.
Es por esto que en el mejor de los casos, de no haber sido por la intervención divina para la creación del credo, no habríamos creado una filosofía que confesara la supremacía y la gloria de Dios.
Nuestro credo habría afirmado (no confesado) los logros de nosotros mismos. Incluiría las frases «Pienso en…» y «Siento a…». Pero el evangelio en el centro del Credo de los Apóstoles es el moldeador de las vidas que lo confiesan. Hace que la confesión sea «Creo en…».
Asimismo, «Creo…», dice el Credo, no en algunos dioses (como si existieran múltiples deidades) o en un dios (como si Dios fuera algún poder superior vago y sin relación que esperamos que exista). «Creo», dice, «en Dios». La forma en que se formula la confesión afirma la exclusividad y la identidad. Este Dios es el único Dios verdadero.