La enciclopedia de Internet «¿Quién es quién?» sitúa a Santa María en primer lugar entre las 100 mujeres más significativas de la historia de la humanidad. Se consideró la importancia o presencia supratemporal, el atractivo mundial y el cambio de visión del mundo o la edad. Así que, María, eres la primera de las mujeres destacadas. Según el Catecismo, María es la Madre de Cristo y la Madre de la Iglesia. Virgen, Madre de Dios, Inmaculada, Reina del Cielo, Mediadora y Consoladora son algunos de los títulos que se le dan.
Vida de María
Por toda la zona de Tirol nos encontramos con iconos de santos, sobre todo de la Virgen, que nos acompañan en nuestra vida diaria. Lucas Cranach el Viejo pintó una famosa representación de María que puede encontrarse en muchas fachadas de ciudades y casas de campo. Las capillas y los lugares de peregrinación son testimonio de una devoción secular a la Virgen María. La Virgen, como las montañas y las estaciones, nos pertenece.
Nudos por desatar
Desde hace muchos años, llevo conmigo una imagen más rara de María. El cuadro se conoce como «Maria Knotenlöserin» en lengua vernácula, y fue realizado en 1700. Ahora se encuentra en una iglesia de Augsburgo. Los ángeles entregan a María una larga cinta blanca retorcida. María aparece de pie, con la cabeza ligeramente inclinada, desatando los nudos de la cinta con gran cuidado y ternura. Imagino que el pintor inmortalizó las experiencias de las personas en su obra.
Empatía
Podemos confiar en la Madre de la Iglesia. María no tiene miedo de tender la mano y desenredar los enredos del hilo de nuestra vida. «Este nudo es demasiado duro para mí», no dice, ni añade: «Debes ocuparte de tus propios nudos». Con una empatía maravillosa y palpable, Mary desenreda cada nudo. No hay una sola hebra de la vida que no sea cortada Estoy pensando, en particular, en todas las necesidades y preocupaciones que innumerables personas han confiado a Mary a lo largo de los años.
Cuidando
Pienso en los enredos de la sociedad, en la necesidad de protección y seguridad frente a una enfermedad vírica siempre presente, y en el deseo de conexión, cuidado y seguridad. Pienso en los desheredados, los indigentes y las personas solas que han perdido sus hogares. Me vienen a la mente los que luchan por la justicia y la unión. Pienso en la gente que vive de forma respetuosa con el medio ambiente y que aboga por la mitigación del cambio climático.
Aliéntanos, tierna María, en nuestra bondad y empatía, que son necesarias para las personas que encontramos. María, ayúdanos a ver a Dios en todos.